Azul.

31 de enero de 2012


Me siento en la cornisa, mis piernas cuelgan y se balancean, como suelen hacerlo. 
Te extraño, pienso. Todas tus preguntas y conclusiones, toda esa parodia que haces del pensamiento. 
¿Hasta dónde podremos llegar? me pregunto. Pero no quiero saber, solo quiero que nos dejemos crecer juntos. El viento sopla mi nuca. Noto que siempre que esto sucede volteo esperando encontrarte y hoy extraño hacerlo.
¿Qué quiero? me cuestiono. Quiero que puedas escuchar a lo que grita adentro tuyo, eso que está acompañado de los gritos del viento.




Me gusta que me enseñes. Quizás por eso nunca aprenda a escuchar, viva siempre empecinada y espere más libertad.

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