Ella ocultaba sus demonios detrás de una sonrisa rota.
Azul.
14 de octubre de 2012
27 de agosto de 2012
20 de agosto de 2012
- ¿Cuánto dirías que vales del uno al diez?
- Un ocho.
- ¿Y si alguien te dijera que vales un siete?
- Me daría igual, he dicho que valgo un ocho, y es que valgo un ocho. Porque, ¿si yo no me quiero, quién lo hará? ¿Si yo no me valoro como debo, quién lo hará? Realmente, nadie me conoce tan bien como yo misma, nadie sabe absolutamente todo sobre mí, y en parte eso me reconforta.
- ¿Sabes? Yo creo que eres un diez.
- Gracias, pero soy un ocho.
Ella no es perfecta. Tú tampoco lo eres, y ustedes dos nunca serán perfectos. Pero si ella puede hacerte reír al menos una vez, te hace pensar dos veces, si admite ser humana y cometer errores, no la dejes ir y dale lo mejor de ti. Ella no va a recitarte poesía, no está pensando en ti en todo momento, pero te dará una parte de ella que sabe que podrías romper. No la lastimes, no la cambies, y no esperes de ella más de lo que puede darte. No analices. Sonríe cuando te haga feliz, grita cuando te haga enojar y extráñala cuando no esté. Ama con todo tu ser cuando recibas su amor. Porque no existen las chicas perfectas, pero siempre habrá una chica que es perfecta para ti.
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